Alcaine celebra los días de San Blas y Santa Águeda con una comida, hoguera y cena de hermandad
Una treintena de habitantes de Alcaine celebraron un año más las festividades de San Blas y de Santa Águeda… con paella y viandas asadas a la brasa de la hoguera
Alcaine va manteniendo y recuperando tradiciones. Este fin de semana se han unificado dos celebraciones (San Blas y Santa Águeda) en una jornada de hermandad, realizada el sábado día 4 y en la que participaron una treintena de vecinos y donde tuvieron especial protagonismo las mujeres.
Desde antiguo, se celebraban por separado, pero la cercanía entre ambas fechas y la mayor presencia de personas, llevó a organizar unificada la celebración para ayer sábado. Los actos fueron promovidos por la Asociación de Mujeres «La Solana» y la comida se realizó en el salón del Centro Cultural al mediodía, constando de una ensalada y se hizo una paella mixta. Se prolongó la sobremesa hasta tarde cantando jotas y diversas canciones. Ya a las 6 de la tarde se encendió la gran hoguera para tener las brasas listas para asar las viandas que se habían comprado: 7 vueltas de longaniza, 7 de chorizo, morcillas, huevos y patatas. Así que fue un día completo de convivencia y hermandad en el pueblo.
El 3 de febrero, San Blas. Para este santo la hoguera se encendía en la Plaza Alta donde también se comían los alimentos previamente bendecidos durante la celebración religiosa. Según cuenta la tradición, esas carnes y hortalizas, tenían la propiedad de sanar las gargantas enfermas y protegerlas del duro invierno con el favor del Santo.
El 5 de febrero, Santa Águeda. Esta festividad se caracterizaba en que las mujeres adquirían todo el protagonismo, convirtiendo la jornada en un verdadero divertimento. Eran las encargadas de organizar los actos para festejar a su Santa Patrona: misa, procesión, bandeo de campanas y hoguera en la Plaza de la Iglesia. Conocido es este fragmento de los Gozos que se le canta a Santa Águeda:
A Santa Águeda Gloriosa
le venimos a cantar
p’a que nos guarde la teta
y el tetón al Sacristán