Alcaine participa, como es tradicional, en la Romería al Convento del Olivar y aporta la Ofrenda
Más de una veintena de alcainenses asistieron a los actos religiosos y a la comida de hermandad
Después de más de 30 años sin realizarse, este año se ha recuperado la procesión de entrada al monasterio. Se juntaron todos los pueblos en el Crucero que limita el Sitio, con sus respectivos estandartes. Como el único pueblo que llevó la cruz fue Alcaine, portándola Cipriano Gil, encabezó la procesión de entrada al convento.
A la llegada a la puerta del atrio, Fernando -el Prior del monasterio- bendijo con el hisopo de agua bendita la Cruz y los Estandartes. La celebración religiosa fue amenizada por la Coral de Lécera y el grupo de Estercuel que realizó el paloteau. La iglesia se llenó al completo de fieles de Alcaine, Obón, Oliete, Estercuel, Crivillén, Cañizar, La Mata y Gargallo.
La comida consistió en una ensalada ilustrada, y una paella muy buena, bebidas, helado y café.
Los fieles de Alcaine comieron en las antiguas cuadras, remozadas y actual Comedor de los Peregrinos, donde tuvo lugar una larga sobremesa, amenizada por varias jotas cantadas por los asistentes.
La ofrenda de Alcaine fue una cesta que incluyó el libro del Tricentenario (edición en tapa dura) y otro ejemplar del de las pinturas rupestres, para la biblioteca del monasterio, además de un surtido de dulces.