En la Semana Santa del Covid-19 el párroco Karol Giraldo manda un mensaje a los fieles y habitantes de los 8 pueblos de la Unidad Pastoral de Muniesa
En Alcaine, al igual que en el resto de pueblos, sonarán las campanas a las 12 hrs. del Domingo de Resurrección
Cuando está a punto de cumplirse un mes del cierre de todas las iglesias y en unas fechas tan especiales para todos los cristianos como es la Semana Santa (en la liturgia romana de la Iglesia católica, comprende desde la tarde del Jueves Santo, cuando concluye la Cuaresma, hasta la madrugada del Domingo de Pascua o Resurrección) los fieles han tenido que vivir estas fechas tan especiales en confinamiento y sin poder acceder a los lugares de culto. En muchas Semanas Santas de España, la Pascua es el día en el que culmina su semana mayor. En Málaga o en Sevilla, por ejemplo, se realiza la salida procesional de Cristo Resucitado, el cual representa el momento en el que Jesús de Nazaret resucita y sale de su sepulcro por lo que este año, a causa de la pandemia, ha sido una de las más atípicas de la historia sin procesiones ni celebraciones litúrgicas en las iglesias.
Karol Giraldo, el párroco a cargo de la Unidad Pastoral de Muniesa que agrupa a 8 localidades (Muniesa, Cortes de Aragón, Blesa, Josa, Maicas, Plou, Alcaine y La Hoz de la Vieja) ha querido estar cercano a su fieles y ha utilizado diferentes medios para acercar el calor humano y espiritual a través de la megafonía (en el caso de Muniesa) o de mensajes de audio que ha enviado a los vecinos/as de los pueblos.
En ellos, Karol «Vuestro cura y amigo, rezo por todos vosotros y le pido al Señor que os acompañe y os llene de fuerza y os libre de este mal que aqueja a toda la Humanidad«.
Asimismo ha pedido que a las 12 hrs. del Domingo de Resurrección suenen las campanas en todas las iglesias de la Unidad Pastoral. En el caso de Alcaine, Cipriano Gil ya tiene todo preparado para efectuar ese bandeo de campanas que anuncia la felicidad por la Resurrección de Cristo (y de paso aprovechó la visita a la iglesia para arreglar el toque de cuartos del reloj, que se había averiado).